Dame Cosas Buenas

domingo, 23 de noviembre de 2014

Aquí hoy - Here today


Los domingos, en la Casa N° 6 del Centro Atómico Bariloche donde vivimos hasta que tuve 10 años, mi mamá nos despertaba con algún vinilo -a todo volumen- en la bandeja giradiscos Philips del living-comedor. Los álbumes iban desde los familiares Julia Elena y Jaime Dávalos, pasando por los Chalchaleros y los Fronterizos hasta llegar a los gringos Beatles, Paul McCartney (¡¿cuántas veces escuchamos Tug of War del ´82?!), Cat Stevens y Niel Diamond. Sin dudas fue una infancia llena de música.

Ya cuando tenía unos 6 años me mandaron a un curso de "Iniciación Musical" con la Sra. Liliana que vivía en "El Cruce del camino a Catedral". Luego a clases de guitarra con el maestro Javier Martínez Castro y, ya cuando tenía 13 ó 14, mi viejo me regaló un bajo eléctrico y estudié durante unos dos años con Carlos "Carlitos" Casalla. El "cifrado americano" que sigo usando para anotar mis composiciones, así como el amor al bajo, se los debo a él.

Muchos años más tarde, mientras esperábamos a nuestro primer hijo -Leopoldo (Polo)- yo le cantaba muchas canciones y la madre me decía que le pusiera la mano sobre la panza para sentir cómo se movía: "¡mirá, vení, sentí como baila!". Varias de esas canciones eran las mismas que mamá nos ponía en el viejo tocadiscos de la "Casa 6".

Pero de todas las canciones, hay una muy especial para nosotros: "Blackbird", de los Beatles (de Paul McCartney realmente). Un día estábamos guitarreando en la casa de nuestra amiga Mónica -el gordo tendría unos pocos meses de vida apenas- y ya bien entrada la madrugada toqué Blackbird. Polo, que estaba durmiendo plácidamente en su carrito hacía horas, se despertó pegando un salto increíble. ¡Todos nos morimos de risa por lo repentino de su acrobático movimiento! Luego les conté a nuestros amigos la historia de esta canción; cómo yo la escuchaba de chico y lo que representaba para nosotros ahora, con nuestro pequeño.

Hoy es domingo y me levanté con ganas de poner la música de Paul McCartney a todo lo que da para despertar a los chicos. En particular, quisiera recordar la canción "Here today", incluida en ese vinilo Tug of War" que todavía está en la casa de mis viejos, en la que Paul recuerda a su querido amigo John Lennon, por entonces recientemente asesinado. Pero más allá de lo triste que es la canción ¡vamos amigos! ¡alegrémonos que hoy es domingo, estamos vivos y nada nos impide compartir la música! La música que une, atravesando tiempo y espacio y se hace presente, gatillando bellos recuerdos que permanecerán, por siempre, sellados en el alma.








miércoles, 19 de noviembre de 2014

Algo del eterno y misterioso Fernando Pessoa y sus alter egos

DE ALVARO DE CAMPO
CUMPLEAÑOS

En la época en que celebran mi cumpleaños,
Yo era feliz y nadie estaba muerto.
En la antigua casa, hasta mi cumpleaños era una
/tradición de hace siglos
Y la alegría de todos y la mía era algo indudable, como
/cualquier religión.

En la época en que celebraban mi cumpleaños,
Yo tenía la buena salud de no darme cuenta de nada,
De ser inteligente para mi familia
Y de no tener las esperanzas que los demás tenían por mí.
Cuando tuve esperanzas, ya no supe tener esperanzas.
Cuando por fin vi la vida, había perdido el sentido de la vida.

Sí, lo que yo supuse que era,
Lo que fui por parentesco y de corazón,
Lo que fui en veladas de provincia,
Lo que fui porque me amaron y fui un niño,
Lo que fui -¡ay, Dios mío!- lo que sólo ahora sé que fui...
¡Qué lejos está!...
(Ni sé dónde...)
¡La época en que celebraba mi cumpleaños!

Lo que soy ahora es como la humedad en el corredor al
/final de la casa,

Descascarando las paredes.
Lo que soy ahora (y la casa de quienes me amaron
/tiembla a través de mis lágrimas),
Lo que soy ahora es que hayan vendido mi casa,
Es que todos hayan muerto,
Es que yo me haya sobrevivido a mí mismo como un
/fósforo frío...

La época en que celebraban mi cumpleaños...
¡Qué hay de mi amor, de ese tiempo que fue como alguien!
Deseo físico del alma de volver a estar allí,
Mediante un viaje metafísico y carnal,
En un desdoblamiento entre yo y yo mismo...
¡Ah, comerse el pasado como pan de hambriento,
/sin paciencia en los dientes para untarle manteca!
Veo todo de nuevo con tal nitidez que ya no veo nada de
/lo que hay aquí...
La mesa puesta con más lugares, con mejores dibujos
/en la vajilla, con más copas,

El aparador con muchas cosas -dulces, frutas, el resto
/a la sombra debajo del estante-,
Las tías viejas, los primos diferentes, y todo era por mí,
En la época en que celebraban mi cumpleaños...
¡Para corazón!
¡No pienses! ¡Deja el pensar en la cabeza!
¡Oh, mi Dios, mi Dios, mi Dios!
Hoy ya no cumplo años.
Duro.
Se me suman los días.
Seré viejo cuando lo sea.
Nada más.
¡Qué rabia no haberme traído el pasado robado en el bolsillo!

¡La época en que celebraban mi cumpleaños!...

Fernando Pessoa / 15-10-1929;
"Poesias de Álvaro de Campos".

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