Todo empezó por el estribillo. Yo jugaba con una secuencia de cuatro acordes (DO menor, SOL sostenido menor, SI Mayor y MI Mayor) y un pequeño arpegio, disonante, alternando MI y MI bemol en la primera y segunda cuerda de la guitarra. Todavía no tenía claro el resto de la canción, sólo que la base debería estar en MI Mayor y que sería una "chacarrara", es decir, una chacarera rara, diferente.
Ella se me acercó con esa inevitable y sigilosa curiosidad que a la vez condena y libera a los gatos, porque los hace únicos. No quiso interrumpirme, pero me interrumpió. Sé que no quería que la mirara, pero la miré.
Y le pregunté: -Hija ¿cómo te parece que se tiene que llamar esta canción? -¡Ay papá, es obvio, se tiene que llamar "Vivir sin amor"! respondió ella, de lo más resuelta, sin haber oído más que un par de acordes sueltos y un arpegio. Y así fue.
Traigo el Norte en la piel
Quiéranme
Preciso amor para ser
Soy el que siempre te quiso, te llama
Y escucha cuando te caes
Yo soy quien llega, se acerca pregunta
Y reclama si no te bien
Díganme
Nunca me asusta saber
Háblenme
Quiero oírlo otra vez
Soy el que nunca te ha visto llorando
A oscuras porque alguien se fue
Soy el que llega, te mira, pregunta
Y te abraza si no te ve bien
Todas esas cosas que decimos sin querer
Pueden lastimar, desaparecer
Toda esa alegría que teníamos ayer
La vamos a perder al atardecer
Ya lo sé
A veces no me querés ver
Yo también
Tengo mis días sabes
Soy el que siempre te ha dicho
Prefiero el olvido si no me querés
Soy el que llega, te mira, pregunta
Y te abraza si no te ve bien
Todas esas noches que pasamos sin hablar
En la inmensidad de la oscuridad
Toda esa energía que creíamos ganar
La venimos a perder a causa de la ansiedad
Todas esas tardes que pasamos sin saber
Lo que iba a suceder con todo aquel dolor
Esos sentimientos que solíamos tener
Se pueden perder y habrá que vivir sin amor
Mírenme traigo el Norte en la piel
Quiéranme preciso amor para ser